lunes, marzo 02, 2009

LA DESPEDIDA DE UN AMIGO

La muerte de su amigo desde hace veinte años Gustavo Damián hizo que Daniel redactara las siguientes líneas salidas de su corazón.

¡Cómo te vamos a extrañar!

En las últimas horas, la pregunta más recurrente de los colegas fue: “¿Cómo era Gustavo?”.
Para quienes lo conocíamos en la intimidad, Gustavo era un chico bueno, familiero, sencillo, humilde.

Nos conocimos hace veinte años en la peluquería de Miguel Romano. El recién empezaba como florista de Susana Giménez y yo como periodista de gráfica de La Revista.

Inmediatamente nos hicimos buenos conocidos y con el correr de los años nos convertimos en verdaderos amigos. Nuestros trabajos continuamente nos hacían cruzar. Lucho Avilés me mandaba a cubrir la separación de Susana con Huberto Roviralta y ahí estaba Gustavo colaborando con la diva.

Me mandaban a Bariloche para realizar la cobertura de la visita de la actriz, en dónde realizaría su programa, y ahí estaba Gustavo con enormes ramos de rosas amarillas de parte de Jorge Rodríguez.

Jorge Rial me mandaba a Miami a conseguir una exclusiva con Susana, y ahí estaba Gustavo colaborando con la producción del programa.

Tenía que cubrir la grabación del video presentación del ciclo de la diva en Purmamarca, Jujuy o en Calafate, y también Gustavo estaba trabajando.

Susana podía cambiar de pareja, pero siempre estaba Gustavo.

De buenos conocidos a amigos verdaderos, fue un paso obligatorio.
Compartí numerosos cumpleaños. No sólo de él. También de su sobrina Yanina, a quien amaba como al resto de su familia. Hubo una época en que noche de por medio comíamos en La Cantina Los Amigos de Palermo. “¡Qué bien que la pasábamos!”. Íbamos a comer, a bailar, nos reíamos y pasamos muy buenos momentos.

Hay miles de anécdotas que vienen a mi mente. Pero para sintetizar, puedo decir que amaba a sus hermanas, a su madre y a sus sobrinos y sobre todo, adoraba a Susana.

Noches atrás, cuando nos retirábamos del velatorio junto a Alberto Montenegro, Néstor Moyano, Rodolfo, Marta Fernández, la secretara de Gustavo Yankelevich y Marcela Amado, ésta última exclamó: “¡Cómo lo vamos a extrañar en el estudio. Siempre nos ayudaba con todo!”.

Sí, es un pensamiento de todos sus amigos y personas que lo queríamos: “¡Cómo te vamos a extrañar!".

Daniel